El invierno llega a los montes zamoranos
La campaña micológica de este otoño en la provincia de Zamora está siendo una de las más pobres de los últimos años. La escasez de precipitaciones durante los meses de septiembre y octubre, unida a unas condiciones meteorológicas poco favorables, ha limitado de forma notable la aparición de setas en los montes zamoranos. Esta situación no ha sido exclusiva de la provincia, sino que se ha repetido en buena parte de Castilla y León.
Pese a este panorama general de baja producción, en los últimos días se han registrado algunas apariciones interesantes, aunque muy puntuales. Se han localizado ejemplares aislados de Boletus edulis y Boletus pinophilus, así como algunas muestras de Boletus erythropus, siempre en cantidades muy reducidas.
En contraste, otras especies están mostrando una mayor actividad. Es el caso de las conocidas carboneras o capuchinas (Tricholoma portentosum) y las negrillas (Tricholoma terreum), que están apareciendo con bastante regularidad en distintos pinares de la provincia. También se están recolectando ejemplares de pie azul (Lepista nuda y Lepista personata), favorecidos por las lluvias recientes y unas temperaturas relativamente suaves.
De cara a las próximas semanas, si las condiciones de humedad se mantienen, podrían comenzar a hacer acto de presencia las especies típicas del invierno. Entre ellas destacan las gulas de monte (Craterellus tubaeformis), que el pasado año fueron especialmente abundantes en los montes zamoranos y para las que se confía en que esta temporada sea similar. Aunque se trata de setas pequeñas y de recolección laboriosa, son muy apreciadas en la cocina por su sabor delicado y su aroma perfumado, lo que las hace versátiles incluso en elaboraciones dulces. La mejor forma de conservarlas es mediante la deshidratación, ya sea en un deshidratador eléctrico a baja temperatura o al aire libre en un espacio bien ventilado, hasta que queden completamente secas y crujientes, para después guardarlas en recipientes herméticos.
Otras especies interesantes que pueden encontrarse a medida que avanza el invierno son los rebozuelos (Cantharellus cibarius y C. pallens), muy valorados gastronómicamente en toda Europa, así como las lenguas de vaca o gamuzas (Hydnum repandum, H. rufescens y H. albidum), setas comestibles que destacan por su resistencia a las fuertes heladas invernales.
Desde Micocyl queremos recordar la importancia de realizar una recolección responsable, respetando en todo momento la normativa vigente en cuanto a permisos y tamaños mínimos de recolección, especialmente en una temporada marcada por la escasez productiva. Asimismo, animamos a seguir descubriendo nuevas especies y a disfrutar del campo durante todo el año, incluso en aquellas épocas en las que el otoño queda atrás y las setas no son tan abundantes.




